El trigo germinado proviene del trigo normal y corriente, el que se usa para hacer pan y otros alimentos. Si dejamos germinar su semilla tenemos el trigo germinado. Este proceso de germinación hace que este trigo adquiera unas propiedades nutritivas excelentes, que lo convierten en un alimento muy completo, ideal para nuestra salud.

Aunque se puede tomar en forma de jugo, en la cultura mediterránea se ha elaborado pan de trigo germinado desde hace miles de años, llamado pan esenio, característico por su color oscuro y su sabor dulzón. Es totalmente diferente al resto de panes ya que utiliza el grano germinado y no necesita levadura para su elaboración. Su sabor tiene un cierto Al germinar el cereal se eliminan ciertas lectinas que son las que ocasionan algunos tipos de alergias. Este pan es el único indicado para aquellos que pertenezcan al grupo sanguíneo 0, ya que la lectina es una toxina que el organismo de este grupo sanguíneo no tolera. Este proceso permite que las enzimas que hasta el momento habían estado en estado latente se vuelvan activas y empiecen a descomponer las proteínas, grasas e hidratos de carbono, de modo que nuestro organismo pueda posteriormente asimilar todos estos nutrientes de manera óptima.

Tradicionalmente el pan esenio no se cocía sino que se amasaba y se dejaba secar al sol. Esto era ideal entre los pueblos nómadas. Hoy en día, a fin de que sea el pan esenio más parecido a lo que estamos acostumbrados, se hornea. Aún así la temperatura del horno no debería ser superior a 70º a fin de no perder los nutrientes de la germinación y para evitar que el pan quede seco y duro por fuera pero crudo y demasiado húmedo por dentro. Este proceso puede llevar varias horas.

El pan esenio tiene la ventaja de tener un alto contenido nutricional gracias a la germinación, que consigue incrementar el contenido en vitaminas B y E y de proteínas. Además con la germinación desaparece la mayoría del almidón del trigo, siendo aconsejable para personas con problemas de azúcar. Hay variantes de este pan elaboradas con espelta o centeno germinado y además se le puede añadir semillas (girasol, sésamo, etc.), frutos secos (almendras, avellanas, pasas, etc.), sal marina o alguna especia (hinojo, ajo, anís verde, etc.). Cabe tener en cuenta que aunque sea un pan germinado, al utilizar trigo, centeno o espelta, continúa conteniendo gluten, siendo no apto para celíacos.

La germinación se puede hacer fácilmente en casa, sólo tenemos que dejar los granos humedecidos y éstos empezarán a germinar como cualquier otra semilla. Mediante este proceso potenciaremos enormemente las cualidades nutritivas del trigo. Aunque si no tenéis tiempo o la destreza necesaria para hacerlo, es posible encontrar trigo germinado o pan esenio ya preparado en algunas tiendas especializadas.

Las propiedades del trigo germinado son indicadas para todo el mundo y sienta bien a la gran mayoría de personas. Ayuda a contrarestar cualquier dolencia que esté debida a la carencia nutricional, ya que es una fuente rica en minerales, vitaminas B C y E, ácidos grasos, fósforo, magnesio, calcio, potasio, azufre, flúor, silicio, zinc y magnesio, entre otros.