flan

Uno de los problemas principales para los seguidores de dietas libres de tóxicos es que la inmensa mayoría de postres y dulces contienen azúcar blanco, harina de trigo y leche. Para los amantes de los postres de toda la vida, es tremendamente complicado encontrar sustitutos sanos que nos recuerden o se parezcan mínimamente a esos dulces.

Para todos aquellos que se sientan identificados con esta introducción tenemos muy buenas noticias, ya que contamos con un ingrediente mágico capaz de convertirnos a todos en auténticos reposteros capaces de crear los postres más alucinantes. Se trata del agar-agar, una alga deshidratada y triturada hasta obtener un fino polvo, usada desde ya hace mucho tiempo por los restaurantes más selectos, pero que ahora ya es posible obtener en casi cualquier parte a un precio razonable.

El agar-agar en polvo es una verdadera maravilla a la hora de preparar postres para seguidores de las dietas en las que no queremos usar leche, huevos, azúcar blanco ni harina de trigo, ya que es un ingrediente que nos va a espesar o solidificar cualquier líquido (dependiendo de la cantidad usada). Esto abre un mundo de posibilidades infinitas, ya que podemos crear todo tipo de flanes y mousses con los sabores que queramos, y usando la leche vegetal que más nos guste. Además, el agar-agar en polvo es totalmente incoloro e insípido, por lo que no alterará el color ni el sabor de nuestras recetas.

En realidad el agar-agar es parecido a la gelatina, pero con la importante diferencia de no ser de origen animal (la gelatina proviene de la grasa del cerdo), sino de ser un vegetal y además marino.

Pues bien, como lo que queremos hacer es un postre, empezaremos haciendo un flan. Para ello vamos a necesitar agar-agar en polvo, una leche vegetal y algo de rapadura de caña, panela, miel de caña o cualquier otro endulzante que os guste, como el sirope de ágave por ejemplo. También podéis empezar, si no tenéis práctica, simplemente con alguna leche vegetal que tenga un sabor que os guste, y dejar que se solidifique con el agar-agar para hacer vuestro primer flan saludable. Es posible que necesitéis más de una prueba para encontrar la cantidad exacta de agar-agar para que os quede la consistencia que buscáis. Para empezar podemos tomar como referencia usar una cucharadita de café (rasa, no colmada) de agar-agar para medio litro de líquido.

Ingredientes para el flan de agar-agar (6 flanes):

· 1 cucharadita (de café) de agar-agar (1gr. aprox.)
· 1/2 litro de lehe vegetal (de soja)
· 2 cucharadas soperas de rapadura de caña
· un poquito de vainilla en polvo

Alternativas: Podemos usar cualquier leche vegetal. Además de la de soja hay de arroz, de coco, de avena, de avellanas… Si la leche ya es muy dulce podéis optar por no añadir azúcar o poner menos cantidad. También podéis añadir otros endulzantes como miel, sirope de ágave, panela, miel de caña, estevia… La vainilla da un sabor bastante característico al flan, pero podéis prescindir de ella o poner canela por ejemplo.

Preparación:

En un cazo a fuego lento ponemos a hervir la leche vegetal. Añadimos el endulzante removiendo para que se disuelva bien en la leche. Añadimos la vainilla en polvo. Si usamos vainilla en rama deberemos poner la rama dentro de la cazuela algunos minutos para que la leche adquiera el sabor.

Cuando ya esté caliente añadiremos el agar-agar sin dejar de remover. Hay que llevar la leche a ebullición y dejar hervir durante un minuto aproximadamente, removiendo para que no se queme ni se pegue. Pasado este minuto apagamos el fuego, continuamos removiendo durante un par de minutos para que la mezcla se enfríe un poquito y vertemos sobre los moldes para flan (podéis usar vasos normales). El agar-agar empezará a solidificarse a medida que se vaya enfriando, por eso es recomendable dejarlo enfriar a temperatura ambiente un rato y después ponerlo en la nevera al menos una hora antes de comerlo.

Como las posibilidades son infinitas, también podéis probar de hacer el flan añadiendo cacao a la leche vegetal, canela, vainilla o un chorrito de zumo de limón, de naranja… las posibilidades son infinitas.