A la hora de dejar de fumar, lo más habitual es que el fumador sienta ansiedad, ya que está abandonando un hábito que tenía, por lo general, muy arraigado. Es por tanto un momento delicado y que puede hacer que estas personas estén de mal humor y muy negativas. Para intentar llevar mejor esta situación lo que podemos hacer es recurrir a algún tipo de relajación que ayude a calmar los nervios y la ansiedad, y que aporte un mejor equilibrio mental, que repercutirá en una relajación física. Esto es interesante porqué los estados nerviosos favorecen que el fumador fume más, y al contrario, en un estado de relajación el impulso de fumar se puede controlar mucho mejor.

Para conseguir una relajación podemos usar cualquier método de meditación que nos guste. Puede ser el método más sencillo que se os ocurra si no tenéis práctica con la meditación. Una de las formas más simples para empezar es sentarse cómodamente y focalizar toda la atención en la respiración. Intentamos estar tranquilos simplemente respirando, sin hacer caso a las ideas que nos vengan a la mente, ni de los ruidos, ni de las sensaciones que nos vengan ni del cuerpo ni de la mente. Simplemente respiramos. Esta práctica tan sencilla nos ayudará a relajarnos de manera automática, y una vez en este estado podremos pensar con más calma la relación que tenemos con el tabaco y decidir más fácilmente que queremos dejarlo.

A parte de la parte de relajación, os proponemos una serie de afirmaciones que podemos ir repitiendo durante el día, y que nos ayudarán a enfocar nuestra mente hacia la meta de dejar de fumar definitivamente. Repetir estas afirmaciones nos reforzará la voluntad de dejar de fumar de una manera más sencilla y menos costosa que si lo hacemos por fuerza. Si lo hacemos mientras estamos relajados, las afirmaciones tendrán mucha más fuerza y penetrarán mejor dentro de nuestra cabeza, ya que no tendremos tantas distracciones alrededor.

Estas son las afirmaciones que podéis repetir para conseguir esta focalización de la mente. Cada uno se puede hacer una lista con los motivos que más le interesen. Podéis añadir vuestras propias frases, las que más os motiven. Lo importante es ir repitiéndolas durante el día, las veces que sean necesarias:

Quiero tener más energía.

Quiero tener mejor olfato y gusto.

Quiero tener los dientes más blancos y un mejor aliento.

Quiero tener menos tos y respirar mejor.

Quiero estar orgulloso de mi vida saludable.

Quiero tener más control sobre mi vida, mis hábitos y necesidades.

Quiero tener más dinero.

Quiero dejar de pensar cuándo me voy a fumar el siguiente cigarrillo.

Quiero dejar de pensar qué voy a hacer si no puedo fumar.