El hipérico, también conocido como hierba de San Juan, es una hierba medicinal que ya era utilizada por los antiguos griegos como remedio refrescante y antiinflamatorio, entre otros usos. Aplicada sobre la piel, sirve para acelerar la cicatrización de las heridas, ya sean cortes, quemaduras o llagas. Sus propiedades hacen del hipérico un excelente tratamiento para embellecer la piel o eliminar el acné.

Su uso más destacado es, sin duda, su capacidad para combatir la depresión leve o moderada. En Alemania, por ejemplo, se receta como fármaco para casos de depresión. Los muchos y variados estudios que se han hecho sobre el hipérico han demostrado su eficacia para combatir las depresiones leves, lo cual hace de esta planta un remedio eficaz contra estos síntomas, sin los inconvenientes que presentan las drogas sintéticas. Nos puede ayudar, por lo tanto, a hacer más llevadera la depresión que muchos sentimos en los cambios de estación (en primavera o en otoño). Por extensión, el hipérico también puede ayudar a regular dolencias asociadas a la depresión, como puede ser la fatiga crónica, y a regular el sistema nervioso.

Aquellos que sufran algún tipo de dolor lo podrán usar como analgésico para combatir los dolores causados por alguna afección reumática. Su efecto sedante sobre el organismo también puede ayudar a reducir el estrés y sus problemas derivados, la ansiedad, el nerviosismo o el insomnio.

El hipérico también puede usarse como remedio para combatir la acidez de estómago y algún otro desorden en el sistema digestivo. Para este fin, lo mejor es tomar la planta en forma de infusión.

Se puede usar también para combatir virus y bacterias causantes de alguna infección. Su efecto antibiótico era muy popular en la Edad Media, y se usaba para curar resfriados y otras infecciones del aparato respiratorio, y purificar la sangre y el organismo en general.

También se ha usado tradicionalmente para regular problemas de la menstruación, reducir las varices y hemorroides, y más recientemente se están estudiando sus propiedades anticancerígenas y para combatir el sida.

Se puede tomar de formas distintas, en una infusión, como hierba, como cápsula o gragea, y siempre hay que tener en cuenta que aunque sea una planta, sus efectos farmacológicos pueden interferir con otros medicamentos, produciendo efectos secundarios no deseados, por lo que siempre deberemos consultar al médico antes de tomarla.