Las enseñanzas de Sivana son un conjunto de técnicas, terapias y prácticas espirituales que Robin Sharma nos detalla de manera muy práctica y amena en su libro «El monje que vendió su Ferrari». El autor se sirve de la historia de Julian para transmitirnos las enseñanzas de Sivana. Julian es un abogado que tras un infarto decide hacer un cambio de vida radical y emprende un viaje a la India. Allí conoce al yogui Raman, líder de los Grandes Sabios de Sivana, un grupo de sabios que llevan una vida sencilla en las cumbres del Himalaya, cuya misión en la vida es servir a los demás y contribuir a hacer del mundo un lugar mejor. Para este propósito los sabios han ido recopilando todos aquellos conocimientos y enseñanzas que permiten mejorar profundamente la vida.

Sivana, que significa Oasis de Esclarecimiento, es un conjunto holístico e integrado de principios y técnicas imperecederos para liberar el potencial de la mente, el cuerpo y el alma. En nuestro estilo de vida actual, introducimos en la mente infinidad de preocupaciones, ansiedades y miedos que destrozan nuestro mundo interior e impiden que la mente alcance todo su potencial. Se ha demostrado científicamente que de los 60.000 pensamientos que tenemos cada día, el 99% son iguales al día anterior y una gran parte de ellos son negativos. Los pensamientos negativos consumen mucha energía que podríamos emplear en otras cosas. Esto es un mal hábito mental, un pensamiento empobrecido que no nos podemos permitir. Pero si cuidamos la mente podemos cambiar la manera de pensar, cambiando los hábitos. Con entrenamiento podemos dominar nuestra mente. Se puede pasar así de lo ordinario a lo extraordinario, ya que podemos crear el mundo que nos rodea a través de nuestra mente. Esto parece una utopía pero es así, el mundo real que nos rodea es diferente para cada persona, ya que cada uno de nosotros lo interpretamos a través del filtro de nuestra mente. Cierto acontecimiento, ciertas palabras, cierto gesto, un color concreto, una forma, una persona, etc… cualquier cosa pasa a formar parte del mundo, de nuestro mundo, cuando «entra dentro de nuestra mente«. Esta mente es la que determinará si un color es adecuado o no, si una persona es desagradable o simpática, si la lluvia es molesta o nos gusta, si ese objeto no está correctamente alineado, etc… Así nos damos cuenta de que todo pasa a ser «real» una vez procesado por nuestra mente.

Por eso, si nuestra mente es tóxica o tiene malos hábitos, aquello que nos rodea tenderá a ser tóxico. Si por el contrario, «creamos el mundo» a través de una mente calmada, paciente, disciplinada, sana, positiva y optimista nuestro mundo estará en concordancia. Por eso decimos que trabajando la mente podemos cambiar nuestro mundo alrededor, y no de manera metafórica sino de manera real y tangible. Una manera de empezar este cambio mental es entender que las malas experiencias esconden, en general, una parte positiva que somos incapaces de ver. Reeducando la mente, ésta podrá ver estas partes positivas escondidas dentro de las negativas. Tenemos que tener en cuenta que la mayoría de las cosas se crean primero en la mente y luego en la realidad. Todo objeto creado por el hombre ha pasado antes por la mente de alguien. Por lo tanto, si una parte de la realidad tangible que nos rodea se ha creado en la mente, debemos cuidar esa mente para crear lo mejor posible.

Como todo órgano de nuestro cuerpo, para que la mente esté en forma hay que trabajarla. Lo importante y a la vez maravilloso de este trabajo con la mente es pensar en los resultados que conseguiremos y disfrutar del proceso. Metafóricamente estaremos emprendiendo un viaje al autoconocimiento en el que debemos disfrutar del camino, dejando a un lado la meta, que llegará de forma natural con el tiempo. Este entrenamiento busca precisamente cambiar la manera de pensar de nuestra mente, que hoy en día está demasiado centrada en los objetivos fijados en el futuro, en los resultados, y deja de lado el presente.

Según las enseñanzas de Sivana, para conseguir la felicidad primero tenemos que averiguar qué es aquello que nos gusta hacer y hacerlo, seguir nuestra vocación. La gente más feliz y satisfecha con su vida es habitualmente aquella que dedica su vida a los demás. Por lo tanto, si descubrimos qué es lo que nos gusta y vale la pena, si el mundo se puede ver beneficiado con ello, debemos llevarlo a cabo. Por esto es muy interesante tomarse un momento de calma para meditar acerca de quién somos, dónde estamos y adónde vamos en la vida.

Una de las citas que mencionan los sabios de Sivana y que vale la pena recordar es que la suerte es la suma de la preparación y la oportunidad. Sin preparación, sin un trabajo que nos permita educar nuestra mente y mejorar nuestro cuerpo y nuestro espíritu no podremos conseguir la felicidad que buscamos en la vida.

En el próximo artículo detallaremos más profundamente las enseñanzas de Sivana.

fuente:

Robin Sharma
El monje que vendió su Ferrari