Técnicas de relajación sencillas
En este artículo os enseñaremos 11 sencillas técnicas que podemos utilizar cuando queramos relajarnos o profundizar aún más en una relajación que ya hayamos empezado. Estas técnicas son una guía que se puede seguir al pie de la letra o modificar hasta encontrar la técnica que se adapte mejor a cada uno de nosotros. Hay personas que se relajan mejor contando hacia atrás, y otras a las que contar les pone nerviosos. Por esto os ofrecemos una variedad de técnicas para que cada uno encuentre la que se adapta mejor a su forma de ser.
Los que hayáis practicado alguna forma de meditación o hayáis probado la hipnosis, veréis que estas técnicas son muy comunes para conseguir un profundo estado de relajación. El objetivo final es que con alguna de estas técnicas, o con todas ellas, podamos inducir una relajación más profunda:
1- Apretar la mandíbulas durante unos segundos. Dejar de apretar y observar la sensación de alivio que se produce. También se puede hacer apretando los puños (u otra parte del cuerpo) y notar la sensación de alivio al relajarlos. Se trata de notar el contraste entre tensar y relajar.
2- Mirar un punto situado arriba de nuestro campo de visión y dejar los ojos abiertos durante un rato. Los dejamos abiertos hasta que sintamos la necesidad de cerrarlos, y entonces los dejaremos cerrar suavemente.
3- Respirar hondo tres veces. Con la primera respiración imaginamos que es el final del día y que nos estamos relajando. Con la segunda sentimos una relajación que recorre todo el cuerpo de arriba a abajo. Con la tercera nos sentiremos mucho más pesados, como hundidos en la butaca o donde estemos sentados. Podemos repetir el proceso hasta conseguir la relajación que queramos.
4- Repetimos en voz alta o en silencio que somos más y más pesados con cada respiración, nos sentimos más pesados y más relajados cada vez. Ésta técnica se usa en hipnosis.
5- Como la anterior, repetimos en voz alta o en silencio que estamos más y más relajados con cada respiración. Al sacar el aire decimos «estoy más relajado» o «más profundamente relajado».
6- Nos concentramos solamente en la respiración, en como el aire entra y sale de nuestro cuerpo, como pasa por la nariz, como hincha los pulmones y como los desincha al salir. No prestamos atención a nada que no sea la respiración. Ésta técnica se usa en la meditación.
7- Contamos hacia atrás, del 10 al 1 (o del 25 al 1 si necesitamos más tiempo) y con cada número sentimos que estamos más y más relajados. También usada en la hipnosis.
8- Igual que antes, contamos del 10 al 1 (en voz alta o en silencio), pero dejamos pasar unos diez segundos entre cada número, si queremos podemos calcular este espacio de tiempo en respiraciones. Pensando que cuando lleguemos al 1 estraremos profundamente relajados.
9- Nos imaginamos que estamos en un ascensor que baja cada vez más, o que estamos bajando unas escaleras. Con cada piso o cada peldaño que bajemos notaremos más relajación.
10- Prestamos atención a cada parte de nuestro cuerpo y la vamos relajando. Empezamos por un extremo (pies o cabeza) y acabamos en el otro. Vamos repasando cada parte y la relajamos completamente, primero zona capilar, ojos, mandíbula, toda la cara, cuello, brazos… Vamos visualizando o sintiendo cada parte al pasar por ella.
11- Nos visualizamos mentalmente en un lugar tranquilo o que nos guste. Podemos imaginarnos estirados en una cama, o recostados en una playa, al lado de un río… Vamos imaginando toda la escena con todos los detalles que seamos capaces de imaginar (objetos, colores, olores, el cielo, las nubes, el suelo, el tacto de las cosas, sensaciones…). Esto nos concentrará la mente y nos desconectará del exterior.
Podéis aplicar cada una de estas técnicas para probar cuál de ellas os funciona mejor, o combinar aquellas que os gusten más para conseguir un ejercicio de relajación personalizado según vuestras necesidades.
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