Aunque lo más habitual es aplicar el tapping sobre uno mismo y pronunciando en voz alta la frase que nos interese, también es posible aplicarlo simplemente imaginando que damos los golpecitos. Bastará con que creemos el desequilibrio y mentalmente vayamos haciendo las rondas de tapping, imaginando o visualizando cómo lo hacemos. De esta manera podemos aplicar el tapping en cualquier lugar sin que nadie a nuestro alrededor lo sepa.

Otra de las formas de tapping es el que se hace para personas que no están presentes, es el tapping diferido. Para hacerlo tenemos que añadir a todo el proceso el nombre de la persona a la que va dirigida la sesión de tapping y empezar por la fase del aunque: «soy Ana y aunque tengo gripe me acepto totalmente», «soy Ana y tengo gripe». Esto, claro, haciéndonos tapping a nosotros mismos. Si la otra persona está presente y le estamos aplicando el tapping a ella, nosotros golpeamos y la otra persona va diciendo la frase que lo desequilibra cada vez que lo golpeamos.

A la hora de entender el tapping algunos escépticos dirán que simplemente es un efecto placebo más. Pero no es tan simple como esto, ya que el tapping funciona con bebés, con animales, con personas que no están presentes e incluso con máquinas. Para entenderlo debemos estudiar las energías que nos rodean. Una de las explicaciones del funcionamiento del tapping es que un cambio en nuestra energía provoca cambios a nuestro alrededor. Por eso podemos aplicar tapping para otra persona, porque nuestra energía es capaz de llegar a las otras personas. Cambiar nuestra energía con respecto al dinero, por ejemplo, hace que el dinero fluya de manera diferente hacia nosotros. Cambiar nuestra energía respecto a una persona en concreto hará que nuestra relación con ella mejore.

El doctor Callahan, creador de la técnica del tapping, también descubrió que a veces el tapping no funciona debido al reverso psicológico, que es un bloqueo energético que impide que el tapping funcione. Para solucionarlo usaremos la fase del aunque antes de empezar la ronda de tapping. Si no tenemos dinero, por ejemplo, montamos una frase del tipo aunque+aceptación: «aunque no tengo dinero, me acepto totalmente» (o también «aunque no tengo…, no tengo…» o «aunque no tengo… , tengo…»). Esto desbloquea la resistencia mental que tengamos en relación al problema. Repetimos la frase 4 veces dando golpecitos en el canto de la mano. Así desbloqueamos de alguna manera la mente para iniciar la ronda de tapping normalmente con la frase que queramos.

Otras veces el tapping puede no funcionar simplemente por no haber elegido la frase adecuada, quizás demasiado complicada. Siempre es mejor optar por algo más simple, que vaya directo al problema. También es bastante útil hacer unas respiraciones relajantes para preparar la ronda, apretando el punto de la palma de la mano derecha justo debajo del dedo meñique y el anular. Mientras, hacemos un par de respiraciones profundas, y luego presionamos los mismos puntos de la otra mitad del cuerpo y respiramos otras dos veces. De esta manera podemos desbloquear alguna energía que nos impedía aplicar el tapping correctamente. Presionar la clavícula también nos puede ayudar.

Aunque debemos trabajar con frases negativas para crear desequilibrios, a veces podemos usar frases en positivo para ver cuáles nos crean un conflicto. Por ejemplo, buscamos frases bonitas como: «todo el mundo me quiere», «tengo todo el dinero que quiero», etc… las decimos en voz alta y si alguna nos crea un malestar o una mala sensación, podemos trabajar con esa frase, aunque sea en positivo, porque nos está creando un desequilibrio.

A veces, antes de solucionar un problema tenemos que tener en cuenta los aspectos de identidad. A veces interpretamos que un problema forma parte de nosotros y que sin él dejaríamos de ser nosotros. En este caso el problema está relacionado con nosotros, como una enfermedad que nos aporta unas ganacias secundarias (atención de la familia, ayuda económica, etc…). Eliminar ese problema puede darnos miedo, miedo al cambio (miedo natural a cambiar, a salir de nuestra zona de confort) o miedo al proceso (miedo a sentir cosas raras, a fracasar en el intento, etc…). Por ejemplo, puede pasar que mantengamos alguna enfermedad porqué la sentimos parte de nosotros y sin ella nuestro mundo cambiaría, y eso nos da miedo. También podemos pensar que es tan difícil cambiar una situación que no vale la pena intentarlo. Esto es igualmente aplicable a sentimientos de culpabilidad asociados a la moral o a las religiones. Tenemos muchas cosas grabadas en el inconsciente, que nos hacen pensar que nos merecemos algo malo, un sufrimiento, la infelicidad, etc…

Con el tapping podemos cambiar ideas infundadas en la mente. Por ejemplo, fumar es una cosa desagradable al principio, pero el cerebro cambia la experiencia para acostumbrarse. Está demostrado que haciendo una cosa desagradable repetidas veces el cerebro deja de «luchar», y acepta lo que era inicialmente malo transformándolo incluso en algo placentero. Con tapping podemos trabajar la frase «me gusta el tabaco» o «me gusta su olor». Olemos el cigarro, si nos gusta: «aunque me encanta como huele, me acepto totalmente» y después «me encanta como huele», dos rondas en total, usando una frase en cada una. El cerebro es el que degusta, el que oye, el que ve y el que toca. Por eso esas sensaciones pueden variar con el tiempo si las educamos.

Podemos trabajar las creencias limitantes, como comentamos en la introducción del tapping. Para ver en la práctica qué creencias limitantes tenemos podemos hacer una lista por escrito, concentrándonos en los aspectos negativos de algún tema. Por ejemplo, con el dinero podemos escribir qué aspectos negativos asociamos al dinero o a la gente rica: avaricia, prepotencia… y lo contrario con la pobreza o la gente pobre: bondad, honradez… Con tapping podemos hacer un desbloqueo inicial para trabajar cada creencia limitante, negativas y luego positivas sobre ricos y pobres: «aunque los ricos son prepotentes, me acepto totalmente», después «los ricos son prepotentes…» hasta que se elimine la creencia limitante, con las rondas que precisemos. Utilizamos la creencia limitante «son avariciosos…» hasta eliminarla. Veremos que la gran mayoría de creencias limitantes no tienen nada que ver con la realidad. La avaricia o la honradez, en este caso, no tienen que ver con ricos o pobres ya que existen casos en ambos lados. Después de trabajar las frases negativas, hacemos lo mismo con las que creíamos positivas: «los pobres son felices» «los pobres son honrados…, etc…».

Muchas de las creencias limitantes han sido grabadas en nuestro subconsciente durante la niñez, sin habernos dado cuenta de ello. Muchas se nos transmiten sin saberlo, por palabras que oímos o cosas que vemos que nos marcan de alguna manera y luego las olvidamos de los recuerdos conscientes. Cualquier cosa que hayamos oído de niños en la televisión, de nuestros abuelos, en la calle o en una canción, puede haber quedado grabada en el inconsciente para siempre. Por eso es corriente que las familias humildes continuen así siempre y las acomodadas también mantengan en general su estatus. Parte de esta tendencia tiene relación con las creencias limitantes adquiridas en el entorno de un individuo. Muchos hemos oído como alguien humilde gana la lotería y en un año vuelve al mismo nivel económico que antes.

A veces queremos tratar un conflicto de partes. Por ejemplo, queremos mucho a nuestra madre pero muchas veces nos pone muy nerviosos por su manera de actuar. Tenemos dos sentimientos enfrentados hacia una misma persona. Podemos trabajar las dos partes para integrarlas e ir tirando de los hilos, de esta manera: primero trabajamos «no puedo con mi madre…» y cuando acabamos, «quiero a mi madre…». Al sentirnos bien podremos elegir libremente ir hacia un lado o hacia otro, de manera natural.

Para tratar con alguien difícil que nos molesta o entorpece la vida, pensamos en esa persona «aunque X es un imbécil, lo quiero y lo acepto» para desbloquear, y luego las rondas de tapping «X es un cabrón».

El tapping es muy potente y puede aliviar los síntomas de enfermedades muy complicadas, e incluso curarlas. El 80% de las alergias se pueden solucionar con tapping. Trabajando todas las sensaciones que asociamos con la alergia podremos eliminarla. Pero de la misma manera, hay que tener cuidado con tratar temas delicados porque el tapping, repetimos, es muy potente. Por ejemplo, está totalmente desaconsejado el tapping para tratar drogadicciones muy fuertes, ya que puede darse el caso que esa adicción sea el único motivo para vivir de esa persona. Tampoco podemos usarlo en el momento del parto. También cabe decir que no se puede usar el tapping para el mal, para fastidiar a otras personas, porque solamente equilibra las energías.